septiembre 26, 2007

septiembre 16, 2007

La pequeña

Y ahí estaba, en ese rincón frió y oscuro, en esa pared desolada ,esperando a que sus ojos dejaran de mostrar el dolor de una persona, esperando a que sus piernas apretaran tan fuerte que sus rodillas se partieran, esperando que su corazón explotara y con sus manos frías y huesudas entrecruzadas apretaran tan fuerte que exprimiera sus pulmones, hasta eliminar ese sonido quejumbroso que no la dejaba escuchar su silencio, ese respirar de agonizante, ese cansancio de gritar sin ser escuchada, entonces su corazón dejo de latir sus ojos se agrandaron como queriendo salir de su cuerpo, su pupilas se volvieron diminutas como si se hundieran en el agua y así después de un suspiro seco, una pequeña lágrima empezó a brotar por su venas, ella en su ultimo intento trato de atraparla pero la debilidad de su cuerpo, su peso inverosímil, la hizo desvanecerse, cayendo en si misma y en su propio dolor, su pequeña mano cayó al frió piso del olvido, despojándola de uno de sus más sinceros dolores, de su dura y tortuosa vida, así su cuerpo descansó, dejando todo en un silencio absoluto, un silencio demoledor,un silencio insoportable, el cielo se rompió, empezó a caer sobre su pequeño cuerpo acurrucado, la tierra empezó a amasarla haciéndole paso a una pequeña niña. Aunque su cuerpo se había ido, su alma continúo en ese diminuto rincón en donde su cuerpo reposó...